Cuando peleamos con nuestros seres queridos o hacemos algo que sabemos que está mal, causamos heridas en las personas que amamos. La profundidad de la herida dependerá de las acciones realizadas. El pecado, es precisamente hacer eso a Dios, herirlo.
Nosotros para reconciliarnos y hacer las paces con nuestros familiares, les pedimos perdón. ¿Cómo lo hacemos? tanto con obras como con palabras:
Decimos ¨Perdóname¨
Decimos ¨Lo siento, no volverá a ocurrir¨
Los abrazamos
Le regalamos flores o chocolates
Le escribimos una carta
Le preparamos sus platos favoritos
Vemos su programa favorito
En fin, nos esmeramos en mostrar a través de detalles nuestro arrepentimiento y sobre todo el amor que le tenemos.
Imagínate! si hacemos todo eso con nuestros familiares... Cuánto mas no tendríamos que hacer con Dios, que nos creo, es el único que nos ama tal cual somos y por lo que somos, y nos perdona continuamente!
¿Cómo puedo demostrarle a Dios mis deseos de cambiar?
Ese arrepentimiento que sentimos por haberlo herido continuamente, lo demostramos a través de mortificaciones o penitencias.
La buena noticia es que la podemos hacer continuamente, y la Cuaresma es un tiempo especial que nos regala la iglesia para hacer sacrificios, es decir para mortificarnos, es un tiempo en que recibimos gracias especiales para nuestra conversión y los pequeños sacrificios nos ayudan a salir de nuestra comodidad, así como pensar más en Dios y en los demás.
Es importante que:
- Mis mortificaciones sean solo mías, no se las puedo imponer a mis familiares, porque sino le toman aversión.
- Deben ser discretas, alegres y buscan pasar inadvertidas
- Si en algún momento, nuestros familiares ven algunas de nuestras mortificaciones, no debemos preocuparnos
Mortificaciones Interiores
- Sufrir con paciencia y humildad, por amor a Jesús, en lo que nos sucede día a día, como diría Santa Teresita del Niño Jesús: es el martirio a alfilerazos.
- Cuidar con amor a nuestros familiares enfermos y a las personas mayores
- Levantarse a la hora, sin conceder un minuto a la pereza, como diría San Josemaría, vivir el minuto heroico
- Vivir la puntualidad
- Ser alegres
- Ser agradecidos
- Ofrecer la enfermedad y el cansancio
- Terminar las cosas que comenzamos
- Ser ordenados
- Hacerle la vida mas amable a los demás
- Soportar con buen humor las contrariedades del día a día
- Comer con agradecimiento lo que nos preparan, sin quejarnos, sin caprichos
- No justificarnos
- Escuchar sin interrumpir para dar nuestro punto de vista
- Vivir el arreglo personal, aún para estar en la casa
- Amar y tratar bien a los más cercanos, es más fácil hacerlo con los de afuera que con los de adentro
Seguro se te ocurrirán otras que se adapten mas a tu estilo de vida, las puedes compartir conmigo y así ayudamos a mas personas a vivir cada día con más amor a Dios.
Mortificaciones Exteriores
Son los ayunos y las mortificaciones corporales, pero no tienen sentido vivirlas, si primero no vivo las mortificaciones interiores
- No comer dulces
- Reducir la cantidad de café
- No comer carne
- No buscar exquisitez en los alimentos
- Dormir sin almohada
- Bañarse con agua fría
- Retrasar el vaso de agua cuando se tiene sed
Seguro se te ocurrirán otras que se adapten mas a tu estilo de vida, las puedes compartir conmigo y así ayudamos a mas personas a vivir cada día con más amor a Dios.
Recuerda que la Virgen María, nos ayudará a encontrar en el día a día ocasiones para amar y reparar
Feliz semana
