viernes, 23 de noviembre de 2018

La familia y la Fe

¿Por dónde comenzar? Muy fácil, recordando que es en la familia donde aprendemos a:
  • Hablar, leer, escribir, comer, reír.
  • Pero también es donde aprendemos a tratar a Jesús, aprendemos a rezar, a conocer a Jesús, a sentirlo presente, importante, fundamental.
Es importante recordar que nosotros aprendemos no solo de lo que oímos, sino que también  de lo que vemos que hacen nuestros padres, hermanos, abuelos. Si le ponemos nombre, es a través "del Ejemplo" que aprendemos.

Entonces, viene a mi mente las palabras de Jesús refiriéndose a los fariseos, cuando dijo: "No hagan lo que ellos hacen, hagan lo que ellos dicen". Más claro imposible!!!, pues es necesario que nuestra vida sea un Testimonio de Fe, y eso se logra con unidad de vida, como decía San Josemaria.

Por esta razón es bueno evaluar 2 cosas; la primera: ¿qué testimonio hemos visto a lo largo de nuestra vida? para eso debemos recordar  los ejemplos que nos dieron nuestros padres, abuelos, hermanos, primos, tíos, amigos y maestros.  La segunda es ¿qué testimonio doy yo con mi vida?

Lo importante es  ver, que ambos casos, estos testimonios no solo demuestren la Fe a nivel emotivo, cumpliendo rigurosamente con las devociones y tradiciones; sino que estos deben impregnar todos los niveles de tu vida, una Fe,  basada en "elecciones" coherentes y jubilosas. 

Y  me puedo preguntar y ¿qué es lo que deberían elegir?, Amar a Dios sobre todas las cosas,  pues cuando uno ama a Dios, busca agradarlo, busca hacer la su voluntad, y  que todos a nuestro alrededor lo conozcan y lo amen.

Investigando encontré una explicación de Benedicto XVI, clave al momento de educar a nuestros hijos, y es que consiste en que: En el origen de cada paternidad y maternidad humana, está presente Dios Creador, por lo que los cónyuges deben acoger al niño que nace no solo como su hijo, sino también como hijo de Dios, que lo ama por lo que es, y a esto lo llama Filiación Divina.

Entonces, aquí hago un alto y digo: "Tenemos que enseñar a nuestro hijos que son hijos de Dios, y que Dios es nuestro padre", y es nuestra responsabilidad enseñarlos a tratar a Dios como un Padre y que tomen  decisiones sean coherentes.

Para enseñar a tratar a Dios como Padre, me recuerdo como era mi relación con mi padres, me levantaba y les contaba como había dormido y ellos se iban a su jornada laboral, y de regreso comíamos juntos, compartíamos anécdotas del día... Para el caso de los hijos que no viven con sus padres, los hijos los llaman por teléfono y se hablan por mensaje para reportarse.  Pues eso mismo que hacemos nosotros en familia, es lo que debemos enseñar para que nuestros hijos, esposos, hermanos y amigos tengan una relación filial con Dios.

Algunos consejos:

* Enseñar a los hijos a orar: enseñar las oraciones vocales y rezarlas con ellos. En mi caso, mis primeras oraciones me las enseñó mi Mamá. También recuerdo que ella rezaba con nosotras al levantarnos y antes de dormir. En algunos casos, nos toca enseñar también a nuestros esposos o esposas a orar.

Mi primeras oraciones: Ángel de la Guarda, Bendita sea tu pureza, Con Dios me acuesto, Avemaría, Padre Nuestro, y más adelante la oración al Espíritu Santo, y el rezo del rosario.

* Bendecir los alimentos, y dar gracias a Dios por lo afortunados que somos de tener que comer, y de tener salud para comerlos. 

La oración que me enseñaron en mi casa y la que rezo casi todos los días es:

Dios gracias por esta comida,
 bendice a los que las prepararon, 
proporciónasela  a los que no los tienen
 y bendícenos a nosotros también 
Amén 

Con mis amigas aprendí otras, 

Unos pueden y no tienen
 Otros tienen y no pueden
 Nosotros que tenemos y
 Podemos, demos gracias al Señor. 

y ésta  última me gusta rezarla con Danilo Augusto.


El niño Jesús que nació en belén
Bendiga estos alimentos
y a nosotros también 
Amén

*Dar gracias a Dios por nuestro día con nuestros hijos y esposos, recordando que todo lo que sucede es para el bien de los que aman a Dios, siempre debemos ser agradecidos, cuando las cosas salen como las planificamos y cuando tenemos que cambiar los planes.  

En este momento, aprovecho no solo de darle gracias sino contarle todo lo que me sucede a Jesús, y dependiendo del tema: hablo con Dios Padre, o con Jesús, con el Espíritu Santo, es decir, con la Santísima Trinidad y siempre tengo un espacio fundamental para mi Gran intercesora, la Virgen María. Ella se encarga de que Dios no solo me oiga y sino que se asegure que me responda.

*Dar gracias en todo momento, en la salud y en la enfermedad, en la abundancia y en la austeridad. Así descubrimos que todo proviene de Dios.

*Acercar a nuestros familiares a los sacramentos, e introducirlos en la vida de la iglesia. En este punto es bueno revisar el calendario de la iglesia y aquí encontramos diversas fiestas que al celebrarlas en familia, los niños aprenden y los adultos también.

Pero es importante acompañar estas festividades, con signos que nos ayuden a fijar esta fecha. ¿Cuáles signos?: los alimentos, pequeños regalos, como nos vestimos y lo más importante las oraciones.

Aquí les dejo una lista, de las espléndidas ocasiones que nos brinda la iglesia. 
  • El adviento
  • Navidad
  • Cuaresma
  • Pascua de Resurrección
  • Pentecostés 
  • El Mes de Mayo
  • Las fiestas de la Virgen María
  • Las fiestas de los Santos
  • La Conmemoración de los Fieles Difuntos
  • Sacramentos (cuando los recibimos)

*También  es importante encontrar un momento para reunirnos para leer la biblia, iluminando la vida familiar con la luz de la Fe.


Para cerrar les dejo la oración al Espíritu Santo que me enseñó mi mamá


Espíritu Santo
Amor del Padre y del Hijo
Inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, como debo decirlo
Lo que debo callar, lo que debo escribir, como debo vivir
Lo que debo hacer para procurar la voluntad de Dios
El bien de las almas y mi propia santificación
Ilumina mi entendimiento y fortifica mi voluntad.
Toda mi confianza está puesta en Tí
Amén



La oración al Espíritu Santo la rezaba siempre antes de un examen pidiendo el Don del entendimiento, y les puedo decir que fue muy efectiva. Pero no entendía mucho lo que decía, ni que significaba; ahora la medito! y procuro rezarla todos los días

María Angélica 

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